Tributo a Starbucks

Al amigo y al caballo, no hay que cansarlo. Ya vienen los cambios, pa pa pa pa pa pa y si te descuidas, te lo pierdes. Voy a intentar que seguir mi vida (o ausencia de ella) no os sea muy complicado. Este blog existe por Starbucks, que me va a pagar para que no volvamos a pisar ninguno de sus establecimientos. En la carta con el primer cheque ponía no-se-qué de okupas, sillones y trepas. Me encantan los sofás de Starbucks pero los cambio por cualquier café de máquina con vosotras. Se va a echar de menos la vida sin las vuestras a 20 minutos de la mía.
Sentimentalismos a parte digo que esto no será como mi proyecto de youtube ja-ja-ja, ¿alguien lo recuerda? Existió pero fue un completo fracaso y es que no es lo mismo hacer videos que escribir un blog, para esto no tengo que peinarme.

Cada vez que se va una me recuerda que os habéis ido las demás, chss! Pero siempre tenéis un nos-vemos-pronto, y eso entra en la lista de las 50 mejores cosas del mundo, que ya la haré. Vaya estreno más ñoño. Un gran-gran-gran abrazo